El sabio no necesita ser el más rápido, ni el más listo, ni el más brillante.
Quizá ni siquiera llega a las cimas; y si lo hace, no es el primero ni el mejor en hacerlo.
El sabio simplemente es mejor eligiendo las cimas que merecen la pena escalarse.
La sabiduría es ser eficaz, en lo que importa.
Si puedes accionar eficientemente, sacando el máximo beneficio de tus recursos, seràs inteligente para esa actividad particular.
La inteligencia tiene que ver con el conocimiento del cómo.
El inteligente está orientado a resultados.
Inteligente es quien obtiene los resultados, el que logra las cosas, cualesquiera que éstas sean.
El inteligente es eficiente y práctico, puede conseguir muchas cosas y alcanzar muchas cimas.
Paradoja: Sabiduría - Inteligencia
Es mejor ser un sabio imperfecto y torpe que ser inteligente y muy eficiente.
Si tienes éxito haciendo las cosas incorrectas porque eres muy eficiente, y cada vez eres mejor en lo que haces y sigues aprendiendo, con el tiempo no harás más que empeorar la situación:
Cuanto más inteligente seas, más rápido lograrás las metas equivocadas.
Al final, en la cima encontrarás una posición mejor para precipitarte al vacío.
Por el contrario, si fracasas o no logras las cosas correctas a la primera, tu aprendizaje te irá poniendo cada vez en una mejor situación y con el tiempo conseguirás acercarte más a las metas correctas.
Quizá no logres la cima, pero en cada paso del camino tu estado tendrà màs sentido. Y eso, ya es en sí una cima.
Paradigma
Y para el cruel que me arranca
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22/05/2020
Cultivo una rosa blanca
en julio, como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo una rosa blanca.!
José Martí
wilucha@gmail.com
www.wilocarpio.com