Ir arriba

Rafael de León
P r o f e c í a

Y me bendijo a mi mare;
diez céntimos le di a un pobre
¡Ay! qué limosna tan chiquita,
qué recompenza tan grande.

  • ¿A dónde vas tan deprisa
    sin decirme ni ¡con Dió!?
    Me puedes mirá de frente,
    que estoy enterao de tó.

  • Me lo contaron ayer
    las lenguas de doble filo,
    que te casaste hace un mé
    y me quedé tan tranquilo.
    Otro cualquiera en mi caso,
    se hubiera echao a llorá,

  • yo, cruzándome de brazo
    dije que me daba iguá.
    Y ná de pegarme un tiro
    ni liarme a mardisiones
    ni apedrear con suspiros
    los vidrios de tus barcones.

  • ¿Que t'has casao? ¡Buena suerte!
    Vive sien años contenta
    y a la hora de la muerte,
    Dios no te lo tenga en cuenta.

  • Que si al pie de los artares
    mi nombre se te borró,
    por la gloria de mi mare
    que no te guardo renco.

  • Porque sin sé tu marío,
    ni tu novio, ni tu amante,
    yo fui quien más t'ha querío,
    con eso tengo bastante.

  • -¿Qué tiene er niño, Malena?

    Anda como trastornao,
    tié la carilla de pena
    y el colorsillo quebrao.
    Y ya no juega a la tropa,
    ni tira piedras al río,
    ni se destrosa la ropa
    subiéndose a coger níos.

    ¿No te parese a ti extraño,
    no ves una cosa rara
    que un chaval de doce años
    lleve tan triste la cara?
    Mira que soy perro viejo
    y estás demasiao tranquila.

  • ¿Quieres que te dé un consejo?

    Vigilia, mujé, ¡vigila!

  • Y fueron dos sentinela
    los ojitos de mi mare.
    -Cuando sale de la escuela
    se va pa los olivare.
    -Y ¿qué busca allí? -Una niña,
    tendrá el mismo tiempo que él.
    José Migué, no le riñas,
    que está empesando a queré.

  • Mi pare encendió un pitillo,
    se enteró bien de tu nombre,
    te regaló unos zarsillos
    y a mí un pantalón de hombre.

  • Yo no te dije "te adoro"
    pero amarré en tu barcón
    mi laso de seda y oro
    de primera comunión.

  • Y tú, fina y orgullosa,
    me ofresiste en recompensa
    dos cintas color de rosa
    que engalanaban tus trensas.

    -Voy a misa con mis primos.
    -Bueno, te veré en la hermita.

  • Y qué serios nos pusimos
    al darte el agua bendita.
    Mas luego en el campanario,
    cuando rompimos a hablar:

  • -Dice mi tita Rosario
    que la cigüeña es sagrá,
    y el colorín, y la fuente,
    y las flores, y el rosío,
    y aquel torito valiente
    que está bebiendo en el río;
    y el bronse de esta campana,
    y el romero de los montes,
    y aquella línea lejana
    que la llaman... ¡horizonte!
    ¡Todo es sagrao: tierra y cielo
    porque así lo quizo Dió!

  • ¿Qué te gusta más? -Tu pelo.

    ¡Qué bonito me salió!
    -Pues, ¿y tu boca, y tus brasos,
    y tus manos reonditas,
    y tus pies fingiendo el paso
    de las palomas suritas?

  • Con la puresa de un copo
    de nieve te comparé;
    te revestí de piropos
    de la cabeza a los pié.

  • A la vuerta te hice un ramo
    de pitiminí, precioso
    y a luego nos retratamos
    en las agüitas de un pozo.

  • Y hablando de estas pamplinas
    que inventan las criaturas,
    llegamos hasta tu esquina
    cogíos por la cintura.

  • Yo te pregunté: -¿En qué piensas?
    Tú dijiste: - En darte un beso.
    Y yo sentí una vergüensa
    que me caló hasta los huesos.

  • De noche, muertos de luna,
    nos vimos por la ventana.

    -¡Chssss! Mi hermaniyo está en la cuna,
    le estoy cantando la nana.

    ..« Quítate de la esquina,
    chiquillo loco,
    que mi mare no quiere
    ni yo tampoco ».

  • Y mientras que tú cantabas
    yo, inocente me pensé
    que nos casaba la luna
    como a marío y mujé.

  • ¡Pamplinas! ¡Figuraciones
    que se inventan los chavales!

    Después la vida se impone:
    tanto tienes, tanto vales;
    por eso, yo al enterarme
    que llevas un mes casá,
    no dije que iba a matarme,
    sino que me daba iguá.

  • Mas como es rico tu dueño,
    te vendo esta profesía:
    tú, por la noche, entre sueños
    soñarás que me querías,
    y recordarás la tarde
    que mi boca te besó
    y te llamarás "¡cobarde!"
    como te lo llamo yo.
    Y verás, sueña que sueña,
    que me morí siendo chico
    y se llevó la cigüeña
    mi corazón en su pico.

  • Pensarás: "no es cierto ná,


    yo sé que lo estoy soñando";
    pero allá en la madrugá
    te despertarás llorando,
    por el que no es tu marío,
    ni tu novio, ni tu amante,
    sino el que más te ha querío.
    Con eso tengo bastante.

  • Por lo demás, tó se orvía.
    Verás cómo Dios te manda
    un hijo como una estrella;
    avísame de seguía,
    me servirá de alegría
    cantarle la nana aquella:

    ..« Quítate de la esquina,
    chiquillo loco,
    que mi mare no quiere
    ni yo tampoco ».

  • Pensarás: "no es cierto ná,
    yo sé que lo estoy soñando".
    Pero allá en la madrugá
    te despertarás llorando.
Porque sin sé tu marío,
ni tu novio, ni tu amante,
yo soy quien más t'ha querío

¡Con eso tengo bastante !!


Aprendi1


Aprendi2

Aprendi3

Aprendi4

Aprendi5

Aprendi6


Aprendi7

Aprendi8

Aprendi9

Aprendi10

Te espero en:
wilucha@gmail.com

Esta page está en:
www.wilocarpio.com.ar

08/07/2008