Estar vivo me hace recordar los Siguientes privilegios Escuché la misma música que un día tronó en la mente de Ludwig van Beethoven. Contemplé una roca convertida en materia viva gracias a las manos de Miguel Ángel. Al prender las luces de mi casa, he apreciado los errores y aciertos de Thomas Alba Edison, quien derrotó la oscuridad. He venerado la belleza y la fortaleza de las mujeres. Mis dedos han rozado la redondez de un seno y he olido la fragancia de tierra fresca que emana una mujer excitada.

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He sentido el calor de Macondo y he asistido al sepelio de un rey llamado José Arcadio Buendía. He admirado la limpieza de la fórmula de Einstein, la mente brillante de Stephen Hawking, y la curiosidad insaciable de ambos. Me han conmovido la humildad de Gandhi, el coraje de Lincoln y la oratoria de Churchill, que salvó el mundo. He visto, atónito, el despegar de un avión y el vuelo de los pájaros. Mis dedos se han mojado con el rocío y quemado con el fuego.

10. He sentido un deleite infantil al probar el chocolate.

11. He paladeado la sangre de la tierra llamada vino.

12. He saboreado la sal del mar y la dulzura de los ríos.

13. He visto el mar, que disimula y oculta la vida que late bajo sus aguas.
    Y he visto las olas, cuyas crestas recogen el viento como la vela de un barco y avanzan hasta quebrarse en la playa.

14. He disfrutado el sabor de la comida y la riqueza de múltiples bebidas.

15. He visto el milagroso nacimiento de mis hijos.
    Los he oído reír a carcajadas, les he quitado las lágrimas de la cara, y he tenido el honor de cargarlos en mis brazos.

16. He apreciado la calidez de un hogar y el amor de una esposa.
    He podido conocer la hermosura de mis nietos.

17. He gozado del invaluable tesoro de la amistad.

18. He sentido la euforia y plenitud que nace de amar y de sentirse amado.

19. He superado mil malestares menores y hasta una enfermedad mortal.