- Fué la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
- En las últimas esquinas
toque sus pechos dormidos
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
- El almidón de su enagua
me sonaba en el oído
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
- Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
- Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
- Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo, el cinturón con revólver,
ella, sus cuatro corpiños.
- Ni nardos ni caracolas
tienen un cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
- Sus muslos se me escapaban
como peses sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
- Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montando en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
- No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
- Sucia de besos y arena
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.
- Me porté como quién soy,
como un gitano legítimo.
Le regalé un costurero
grande, de raso pajizo.
y no quise enamorarme
porque tenía marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.
Paradigma
Lo que se hace
por amor
está más allá
del bién y del mal.!
Nietzsche
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30/06/2019