Gran pena de nuestra vida:
Cuando se cierra
para siempre la
CASA DE LOS ABUELOS
- Cerramos encuentros con todos los miembros de la familia
- Termina tardes felices con tíos, padres, primos, nietos, bisnietos, sobrinos, hermanos y de todos los que se enamoran del ambiente que se respira.
- Estar en casa de los abuelos es lo que toda la familia quiere hacer.
- El año pasa mientras esperas estos momentos y sin darnos cuenta, pasamos de ser niños abriendo regalos, a sentarnos junto a los adultos en la misma mesa.
- La casa de los abuelos siempre está llena de sillas, nunca se sabe si un primo va a traer novia, porque aquí todos son bienvenidos.
Siempre habrá un termo con café o alguien dispuesto a hacerlo.
Saludas a la gente que pasa por la puerta, aunque sean extrañas, porque la gente en la calle de tus abuelos es tu pueblo, ellos son tu ciudad.
- Cerrar la casa de los abuelos es decir adiós a las canciones con la abuela y los consejos del abuelo, al dinero que te dan secretamente de tus padres como si fuera ilegal, llorar de risa por cualquier tontería, o llorar el dolor de los que se fueron demasiado pronto.
- Es decir, adiós a la emoción de llegar a la cocina y descubrir las ollas, y saborear la comida de la abuela".
- Por tanto, si tienes la opción de tocar la puerta de esa casa y alguien te abre por dentro, aprovecha, porque entrar ahí es imaginar ver a tus abuelos o a tus viejos, sentados esperando para darte un beso, es sentir la sensación más maravillosa que puedas tener en la vida.
- Si resulta que ahora nos toca ser abuelos, no pierdas la oportunidad de abrir las puertas a nuestros hijos y nietos y celebrar con ellos el don de la familia, porque solo en ella encontrarán el espacio oportuno para vivir el misterio del amor.
Disfruten y aprovechen
la casa de los abuelos
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22/05/2020